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“En nuestra fundación, estamos convencidos de que la forma en la que podemos aportar a la discusión de las prioridades del país y a la generación de más y mejores políticas públicas es a través de la evidencia. Más aún si ésta proviene de un análisis de la más alta calidad, basado en datos y cuyos resultados contengan el potencial de ser aplicados para verificar su real alcance e impacto”. Así graficó Felipe Arteaga, director ejecutivo de Fundación Vivienda, la relevancia del acuerdo de colaboración para la investigación firmado el pasado miércoles 22 de mayo con el Instituto Milenio Fundamentos de los Datos (IMFD).
La alianza busca aunar las capacidades de ambas instituciones para investigar el problema de la precariedad habitacional en Chile con el enfoque interdisciplinario propio del IMFD, centro de investigación de frontera en ciencia de datos.
Marcelo Arenas, profesor titular del Depto. de Ciencia de la Computación y director del IMFD, señaló que “para nosotros es clave encontrar aliados que comprendan que la ciencia de datos puede contribuir a comprender de mejor manera muchos de los urgentes problemas que afectan a la sociedad. La interacción virtuosa entre quienes tienen necesidades de análisis social con distintos métodos y fuentes de información, y nuestra experiencia que abarca desde la computación a la ciencia política, puede ser de real beneficio para nuestro país”.
Un problema grande como una casa
Surgida al alero del Hogar de Cristo como su programa para las personas sin hogar, la Fundación Vivienda lleva más de 50 años dedicada a buscar y dar soluciones a las miles de familias en Chile que viven de manera precaria, en su mayoría allegadas y hacinadas.
En el año 2014, la fundación creó una Unidad de Investigación y Desarrollo: dirigida por Juan Correa, esta área busca comprender todos los factores asociados a las distintas formas de precariedad habitacional. “La definición no sólo se aplica a las personas y grupos que no tienen un lugar para vivir, sino que abarca a las familias que viven allegadas, a las personas en condiciones de hacinamiento, y también a aquellas que -por distintas causas- ven su calidad de vida afectada por las condiciones de riesgo de la zona en la que habitan”, explica Correa.
La única forma de contar con una imagen más clara de las dinámicas asociadas a este fenómeno es a través de la integración de distintas fuentes de datos, para luego ser analizadas con métodos de investigación que combinan herramientas de la ciencia de la computación con aquellas propias y actualizadas de las ciencias sociales, señala Juan Pablo Luna, investigador asociado IMFD y profesor titular de Ciencia Política de la P. Universidad Católica.
Luna, quien es gestor de esta alianza, agrega que “uno de los objetivos de mi grupo de trabajo en el instituto es el estudio de los conflictos y tensiones existentes en distintos enclaves territoriales. La interacción con Fundación Vivienda nos permitirá abordar de manera integral las situaciones que afectan a las personas que viven, por ejemplo, en zonas de sacrificio o en áreas de alto índice de narcotráfico, incorporando una variable tan esencial para la calidad de vida como es la casa y las condiciones en las que se la habita».
Ugarte concluye que “esta es una vía clara y de la mayor relevancia desde la cual aportar a tener un diálogo con altura de miras para mejorar las políticas públicas”.