En dicho encuentro participaron Daniela Fernández, periodista de la Unidad de Promoción y Educación del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), y en el panel dirigido por Camila Díaz, directora de Investigación y Formación Académica del Instituto Milenio Fundamentos de los Datos, conversaron Ignacio López, profesor de la Facultad de Comunicaciones UC, Magdalena Browne, Decana de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad Adolfo Ibáñez y Roberto Herrscher, Director del Premio Periodismo de Excelencia de la Universidad Alberto Hurtado.

En la primera parte de la jornada se realizó la presentación del Manual Portátil de Comunicación y DDHH del INDH y en la segunda parte se realizó el Diálogo “¿Por qué comunicar con enfoque de Derechos Humanos?”

Taller INDH: Diversidad de voces y alertas frente a los discursos de odio

Comunicación y Derechos Humanos
Daniela Fernández

Daniela Fernández, periodista de la Unidad de Promoción, Educación y Participación del Instituto Nacional de Derechos Humanos, inició el primer bloque con la presentación del Manual Portátil de Comunicación y DDHH, herramienta que ofrece orientaciones para comunicar e informar con pertinencia y enfoque de derechos.

El objetivo de esta guía -destinada a periodistas, estudiantes, comunicadores/as y todas las personas interesadas en el ámbito- es fomentar una cultura respetuosa de los derechos humanos en el país, abordando principios básicos como la igualdad y no discriminación, la participación ciudadana y la libertad de expresión.

“¿Por qué es importante hablar de esto?” preguntó Fernández al público. «Debemos darnos cuenta de nuestro rol en la promoción de DDHH. Como trabajadores/as de las comunicaciones no solo informamos, también generamos impacto en las comunidades, ya que damos cuenta de sus derechos a través de los contenidos que creamos y difundimos».

Según explicó Daniela, el Manual Portátil del INDH se basa en cuatro principios: igualdad y no discriminación; todos/as seamos tratados de igual forma independiente de las variables y contextos, participación; odos/as tengamos la posibilidad de participar en nuestras comunidades, no regresividad; no retroceder en derechos que ya hemos ganado y pro-persona; el Estado debe encargarse que nuestros derechos no sean vulnerados.

Sobre el derecho de libertad de expresión, ¿tiene límites?¿cómo y cuándo se puede limitar? “En nuestro ejercicio diario podemos y debemos poner límites”, señala Fernández. Desde el Sistema Interamericano de Derechos Humanos y la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la libertad de expresión tiene márgenes claros, en tres situaciones:

  • cuando hace una apología al odio y la violencia
  • cuando se pone en juego el orden y seguridad nacional
  • cuando se pasa a llevar la dignidad y honra de las personas

En este sentido, si bien todas las personas tenemos que ser respetuosos con los derechos humanos, el Estado es quien debe garantizarlos, y el único que puede vulnerarlos de manera directa e indirecta, incluyendo a sus agentes. “Es deber del Estado exigir y garantizar los DDHH, previniendo, investigando, sancionando y reparando cuando se hayan vulnerado”, explica la periodista.

Entonces ¿qué podemos hacer como comunicadores/as frente a nuestros contenidos y decisiones editoriales? Identificar asuntos de amplio interés público, gatillar valores positivos latentes en las audiencias, elegir adecuadamente las imágenes, informar veraz y críticamente, incluir diversidad de voces y comunicar para todas las personas desde la accesibilidad.

¿Cuál es el rol del periodismo y las comunicaciones en la promoción de la democracia y los Derechos Humanos?

Comunicación y Derechos HumanosEn la segunda parte de la jornada se realizó el Diálogo “¿Por qué comunicar con enfoque de Derechos Humanos?”, donde se abordó el rol de comunicadoras y comunicadores frente al panorama que atraviesa el país, marcado por la polarización, desinformación y fakes news.

Magdalena Browne, Decana de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad Adolfo Ibáñez, apuntó que en una sociedad moderna, “democracia y medios de comunicación van de la mano, porque más allá del cuarto poder, la sociedad requiere información. Y a su vez, los medios necesitan la democracia porque su rol se fundamenta en velar por el derecho a la información”.

El problema, indica la académica, es que este es un rol que la sociedad no necesariamente reconoce. El escenario comunicacional actual es distinto a como era años atrás: hoy vemos un fenómeno de desmediación (la información se difunde desde otros medios más allá de los tradicionales), hay una sobresaturación de contenidos, sensacionalismo y noticias falsas. “Por lo tanto, quienes trabajamos en comunicaciones, tenemos que estar constantemente construyendo ese rol social que se nos otorga y lo tenemos que estar ganando también. Dadas estas circunstancias, hoy no podemos darlo por sentado”. 

Los desafíos que tiene el periodismo frente a los DDHH son múltiples. “Para mí este oficio tiene una serie de adjetivos: apegado a la verdad, a la investigación de los hechos, a la pluralidad de voces. Debe cuestionar los estereotipos, discutir los usos y abusos de las palabras y preguntarse porqué hay una sobreabundancia de ciertas temáticas y un clamoroso silencio sobre ciertos temas”, indicó Roberto Herrscher, Director del Premio Periodismo de Excelencia de la Universidad Alberto Hurtado.

Y puntualizó, en el marco de la “crisis de seguridad” que ha protagonizado la agenda política y mediática, “Hoy pareciera ser que los derechos son solo para ciudadanos honestos, “los buenos”, los ‘delincuentes’ no pueden acceder a esos derechos. Se parece un poco a lo que decía Pinochet, desconociendo que los DDHH son de todos/as y los tiene que garantizar el Estado. Creo que hay que darle una vuelta y volver a un concepto de DDHH que imperaba en una generación de periodismo libre después de dictaduras”.

En este plano entra la ética periodística, señala Ignacio López, profesor de la Facultad de Comunicaciones UC. “Como periodistas impactamos en un colectivo, hay que prestar atención a cómo podemos vulnerarlos en aquello que decimos”. Un ejemplo que destaca es el desafío de los estereotipos, donde se puede ver afectada la dignidad de las personas. “No solo involucra violencia física, también es simbólica. Entregan una verdad muy parcial, que presentan partes de realidad muy injustas”.

A pesar de esto, el académico ve una luz de esperanza en las nuevas generaciones: «Siento que las juventudes recogen y muestran entusiasmo por los DDHH. Muchas veces las personas eluden este tema, puesto que lo consideran muy politizado. Pero entre estudiantes sí veo un cambio en general, que se pregunta por los desafíos de las comunicaciones. Además, me parece que la audiencia está fiscalizando y tiene espacios de fiscalización que antes no tenía».